Conciencia - Hispano-Americano de la Mision
Normas morales internalizadas por el individuo a partir de la experiencia recogida en su grupo social. En el proceso de socializacion el individuo incorpora a su personalidad las costumbres del grupo social.
1. Esta facultad interior o función mental le ayuda a distinguir entre lo bueno y lo malo.
2. La tradición teológica cristiana considera a la conciencia como la voz de Dios en el alma humana, una convicción divinamente implantada que señala lo que es correcto o incorrecto. La corrupción de la voluntad por causa del pecado hace que esta voz se torne incierta o enmudezca (1 Ti 4:2).
Conciencia - Douglas Tenney
El AT no tiene una pala-bra particular para conciencia, pero ni carece de la idea ni de los medios para expresarla. Resulta claro de (Gn 3:8) que el primer resultado de la caída fue una conciencia culpable, que movió a Adán y a Eva a esconderse de Dios.
El corazón de David le golpeaba (1 Sa 24:5), expresión que se refiere a la conciencia. En el gr. de uso cotidiano, la palabra syneidesis se refería a la pena o culpa que sentían las personas que creían haber hecho algún mal. Pablo, quien usó la palabra más que los otros escritores del NT, la perfeccionó y desarrolló este significado.
( 1 ) Describió la existencia universal de la conciencia (Rom 2:14-16) como el testimonio moral interno que se encuentra en todos los seres humanos.
( 2 ) Creyó que los creyentes debían tener conciencias limpias y buenas (2 Co 1:12), (1 Ti 1:5), (1 Ti 1:19), (1 Ti 3:9).
( 3 ) Algunos creyentes tienen una conciencia débil o parcialmente formada (1 Co 8:1-13) y (10:23—11:1); en ciertos casos los creyentes maduros deben restringir su libertad de acción para no ofenderlos.
( 4 ) Las malas conciencias son corrompidas por la enseñanza falsa (1 Ti 4:2), (Tito 1:15). Una persona que rechaza el evangelio y resueltamente se opone a Dios, tiene una mala conciencia.
( 5 ) Como un resultado de aceptar el evangelio, las personas reciben una conciencia purificada o perfeccionada (Heb 9:14); (Heb 10:22), a través del perdón y el don del Espíritu Santo. Si bien el uso que Pablo hace de la palabra conciencia es el del testimonio interno de la mente y el corazón que juzgan las acciones pasadas a la luz de la enseñanza cristiana, también parece sugerir que la conciencia guiará las acciones presentes y futuras p. ej., (Rm 13:3), (1 Co 10:25).
También aparece el concepto de conciencia en el hebreo, kilyah, riñón; gr., nephros, riñón. Son partes internas. Los riñones eran considerados por los israelitas como la sede de las emociones (Job 19:27), (Sal 7:9), (Sal 26:2),(Jer 17:10). Muchas versiones la traducen conciencia o corazón.
Conciencia - Diccionario Alfonso Lockward
El concepto de conciencia como voz interna, una facultad que permite al ser humano tener cierto discernimiento entre lo bueno y lo malo, no es de los hebreos, para quienes lo importante era que el hombre rindiera cuentas a Dios, no a sí mismo. La idea de conciencia surgió más bien entre los griegos, quizá entre los estoicos. Pero ya en el libro apócrifo de la Sabiduría (17:10) la encontramos introducida en el mundo judío, cuando se lee que “la maldad ... a sí misma se condena; acosada por la conciencia imagina siempre lo peor”. El uso de conciencia en el Sal 16:7, “aun en las noches me enseña mi conciencia”, puede traducirse mejor como “mente”.
Pero ya en los tiempos del NT el concepto de conciencia se había afirmado en Israel. Se hace uso de él en el caso de la mujer adúltera, cuando todos se fueron “acusados por su conciencia"
(1Ti 4:2). Dice de los “corrompidos e incrédulos” que “...hasta su mente y su conciencia están corrompidas” (Heb 10:22).
Conciencia - Diccionario de Jerusalen
(I) AT. Fuera del tardío pasaje de Sab 17,10, influido por ideas helenísticas, el AT no tiene palabra para expresar la conciencia.
Conciencia - Diccionario Mundo Hispano
El AT no tiene una palabra particular para conciencia, pero ni carece de la idea ni de los medios para expresarla. Resulta claro de (1Sa 24:5), expresión que se refiere a la conciencia. En el gr. de uso cotidiano, la palabra syneidesis se refería a la pena o culpa que sentían las personas que creían haber hecho algún mal. Pablo, quien usó la palabra más que los otros escritores del NT, la perfeccionó y desarrolló este significado.
( 1 ) Describió la existencia universal de la conciencia (Rom 2:14-16) como el testimonio moral interno que se encuentra en todos los seres humanos.
( 2 ) Creyó que los creyentes debían tener conciencias limpias y buenas (1Ti 3:9).
( 3 ) Algunos creyentes tienen una conciencia débil o parcialmente formada (1Co 8:1-13 y 10:23—11:1); en ciertos casos los creyentes maduros deben restringir su libertad de acción para no ofenderlos.
( 4 ) Las malas conciencias son corrompidas por la enseñanza falsa (Tit 1:15). Una persona que rechaza el evangelio y resueltamente se opone a Dios, tiene una mala conciencia.
( 5 ) Como un resultado de aceptar el evangelio, las personas reciben una conciencia purificada o perfeccionada (1Co 10:25).
También aparece el concepto de conciencia en el hebreo, kilyah, riñón; gr., nephros, riñón. Son partes internas. Los riñones eran considerados por los israelitas como la sede de las emociones (Jer 17:10). Muchas versiones la traducen conciencia o corazón.
Conciencia - Diccionario Pastoral
(ver Corazón) Lo que nuestras lenguas expresan con la palabra conciencia, la Biblia, especialmente el AT, lo hace frecuentemente con la palabra corazón [1Sam_24,6]; [Job_27,6]; [Sal_17,3]; [Sal_24,4]; [Sal_51,19]; [Mt_5,8]; [1Tim_1,15]. En [Sab_17,10] se habla de la conciencia como expresión del remordimiento interior, y en el NT designa a menudo el conocimiento que el hombre tiene de su comportamiento moral [Rom_2,15]; [Rom_9,1]; [Rom_13,5]; [Rom_14,5], [Rom_14,22], [Rom_14,23]; [1Cor_13,12]; [1Cor_10,25]; [2Cor_1,12]; [1Tim_1,5], [1Tim_1,19]; [1Tim_4,2]; [2Tim_1,3]; [Heb_10,22]; [Heb_13,18].
Conciencia - Dicionario Biblico Adventista
Conciencia (gr. sunéid'sis, 'conciencia moral', 'conciencia'). Facultad interior de la mente que juzga la rectitud moral de los pensamientos, las palabras y las acciones, independientemente de los deseos o las inclinaciones de la persona. La palabra 'conciencia' aparece sólo una vez en el AT, donde se emplea el hebreo, kilyâh, 'riñones', aunque sus funciones y operaciones están implícitos en él (; ; ; etc.). Todos los hombres tienen una conciencia, pero no todas las conciencias están igualmente iluminadas (-20). La Biblia describe diferentes clases de conciencia. Pablo menciona una 'buena conciencia' (gr. agathe; 1 ). Enseñó que una buena conciencia se puede mantener sólo mientras se mantengan la fe y la integridad (vs 19,20). El mismo siempre fue cuidadoso de mantener una conciencia 'sin ofensa' delante de Dios (gr. apróskopos; ). Iluminada por el Espíritu Santo, la conciencia de Pablo podía testificar de su veracidad cuando expresaba su preocupación por sus conciudadanos judíos ( ). Tenía tanta confianza de su conducta intachable que podía apelar a la conciencia de los demás como testigos de ello (; cf 2 ; , 'buena' [gr. kale]). Enseñó que los diáconos deben tener una 'limpia' conciencia en la fe (gr. kathará; 1). Al comentar a los corintios las implicaciones morales de comer carne ofrecida a los ídolos, sugirió que en sí misma esta práctica podía no ser pecado; sin embargo, si la conciencia de uno era perturbada por eso, o si realizarla era una piedra de tropiezo para un hermano de conciencia débil, se debía evitar su uso (1Co_8; cf 10:19-33; CBA 6:715-718, 741-746). El apóstol escribió también acerca de una conciencia cauterizada (1), y de una conciencia 244 corrompida (gr. miáinei; Tit. 1:15), refiriéndose tal vez a una que ha llegado a ser insensible al sentido de culpabilidad por causa de permanecer mucho tiempo en el pecado (cf ; ). El autor de Hebreos señala que los diversos sacrificios de la dispensación mosaica no podían hacer 'perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto'; sólo lo puede lograr la aceptación del sacrificio de Cristo (-14). Pedro amonestó a los creyentes del Asia Menor ( ) para que mantuvieran buena conciencia mediante una vida recta, de modo que los impíos no pudieran encontrar nada de qué acusarlos (3:16).
Conciencia - Diccionario Perspicacia
Esta palabra se traduce del griego sy·néi·de·sis, de syn (con) y éi·de·sis (conocimiento), de modo que significa co-conocimiento, o conocimiento con uno mismo. La conciencia es la capacidad de la persona de mirarse a sí misma y enjuiciarse, de darse testimonio a sí misma. El apóstol Pablo expresa el funcionamiento de su conciencia de la siguiente manera: “Mi conciencia da testimonio conmigo en espíritu santo”. (Ro 9:1.)
La conciencia es inherente al ser humano; Dios la hizo parte de la persona. Es un sentido interno de lo correcto y lo incorrecto, sentido que excusa o acusa al individuo. Siendo así, la conciencia dicta juicio. Los pensamientos y las acciones, las creencias y las reglas que el estudio y la experiencia implantan en la mente humana también pueden educarla. La conciencia compara este conocimiento con la acción que se emprende o que se piensa emprender, y da una advertencia cuando las normas de la persona entran en conflicto con la acción que piensa llevar a cabo, a menos que violaciones continuas de sus advertencias la hayan “cauterizado” o insensibilizado. La conciencia puede ser un mecanismo moral de seguridad, ya que da satisfacción o le hace sentir dolor por el comportamiento bueno o malo de la persona.
El hombre ha tenido una conciencia desde el mismo principio. Adán y Eva así lo mostraron, pues se escondieron tan pronto como quebrantaron la ley de Dios. (Gé 3:7) En Romanos 2:14, 15 leemos: “Porque siempre que los de las naciones que no tienen ley hacen por naturaleza las cosas de la ley, estos, aunque no tienen ley, son una ley para sí mismos. Son los mismísimos que demuestran que la sustancia de la ley está escrita en sus corazones, mientras su conciencia da testimonio con ellos y, entre sus propios pensamientos, están siendo acusados o hasta excusados”. Por lo tanto, se puede ver que la facultad de la conciencia no se había perdido, ni siquiera entre los no creyentes. Esta facultad pasó de Adán y Eva a toda la humanidad. Muchas leyes de las naciones están en armonía con la conciencia cristiana, aunque es posible que el cristianismo no haya influido en manera alguna en tales naciones y legisladores. Las leyes se promulgaron según los dictados de sus propias conciencias. Todas las personas tienen la facultad de la conciencia, y es a esta a la que los cristianos apelan por su predicación y su modo de vivir. (2Co 4:2).
La conciencia puede convertirse en una guía insegura, y como tal, puede engañarnos, a menos que se la eduque según normas justas, de acuerdo con la verdad. El ambiente, las costumbres, la adoración y los hábitos pueden educar erróneamente la conciencia. Al amparo de estas normas o valores erróneos, la conciencia podría equivocarse al juzgar lo correcto o incorrecto de un asunto. Un ejemplo que lo ilustra aparece en Juan 16:2, donde Jesús predijo que los hombres matarían incluso a los siervos de Dios pensando que le estaban rindiendo un servicio. Saulo (más tarde el apóstol Pablo) partió con propósitos criminales contra los discípulos de Cristo, convencido de que estaba sirviendo a Dios con celo. (Hch 9:1; Gál 1:13-16) Los judíos, notablemente extraviados, lucharon contra Dios debido a su falta de aprecio por Su Palabra (Ro 10:2, 3; Os 4:1-3; Hch 5:39, 40).
Tan solo una conciencia educada de manera adecuada por la Palabra de Dios puede evaluar y rectificar con corrección los asuntos de la vida. (2Ti 3:16; Heb 4:12) Para este fin hemos de tener normas rectas y estables: las normas de Dios.
Buena conciencia
La persona debe acercarse a Jehová con una conciencia limpia. (Heb 10:22) El cristiano ha de esforzarse constantemente por mantener una conciencia honrada en todas las cosas. (Heb 13:18) Cuando Pablo declaró: “Me ejercito continuamente para tener conciencia de no haber cometido ofensa contra Dios ni contra los hombres” (Hch 24:16), quiso decir que continuamente dirigía y corregía su derrotero en la vida de acuerdo con la Palabra de Dios y las enseñanzas de Cristo, porque a la postre el juez definitivo es Dios, no su propia conciencia. (1Co 4:4) No obstante, el proceder según una conciencia educada bíblicamente puede resultar en persecución, pero Pedro aconseja de manera confortadora: “Porque si alguno, por motivo de conciencia para con Dios, sobrelleva cosas penosas y sufre injustamente, esto es algo que agrada”. (1Pe 2:19) El cristiano debe “[tener] una buena conciencia” frente a la oposición. (1Pe 3:16).
La Ley y sus sacrificios de animales no podían perfeccionar a una persona de tal modo que su conciencia la considerase libre de culpa. No obstante, aquellos que ponen fe en la aplicación del sacrificio de Cristo pueden llegar a tener una conciencia limpia. (Heb 9:9, 14) Pedro indica que para conseguir la salvación hay que tener una conciencia buena, limpia y recta. (1Pe 3:21).
Consideración por la conciencia de los demás. En vista de que la conciencia debe ser educada de manera completa y exacta por la Palabra de Dios para que pueda hacer evaluaciones correctas, una conciencia no educada puede ser débil, es decir, puede ser suprimida fácil e imprudentemente, o a la persona pueden ofenderla las acciones o palabras de otros, incluso en ocasiones en las que no existe ninguna acción incorrecta. Pablo dio ejemplos relativos al comer y al beber, así como al modo de juzgar ciertos días. (Ro 14:1-23; 1Co 8:1-13). Al cristiano que tiene conocimiento y una conciencia bien educada se le manda que sea considerado y tolerante con el que tiene una conciencia débil, y que no use toda su libertad ni insista en todos sus “derechos” personales para siempre obrar como le plazca (Ro 15:1). Aquel que hiere la conciencia débil de un compañero cristiano está “pecando contra Cristo” (1Co 8:12). Pablo da a entender que así como él no deseaba hacer algo por lo que un hermano débil se ofendiera y le juzgara, el débil, por su parte, ha de tener consideración por su hermano y esforzarse por alcanzar madurez obteniendo más conocimiento e instrucción, de manera que su conciencia no se ofenda con facilidad y vea de modo equivocado a los demás (1Co 10:29, 30; Ro 14:10).
Mala conciencia
Cuando se desatienden repetidas veces los dictados de la conciencia, se llega al extremo de contaminarla e insensibilizarla, de modo que ya no provee advertencias ni guía segura (Tit 1:15). En tal caso, es el temor a ser descubierto y al castigo lo que llega a controlar la conducta, más bien que una buena conciencia. (Ro 13:5). Cuando Pablo habla de una conciencia que está marcada como por hierro de marcar, da a entender que sería como la carne cauterizada de una cicatriz, que carece de terminaciones nerviosas y por lo tanto es insensible. (1Ti 4:2). Las personas con una conciencia así no pueden distinguir lo bueno de lo malo. No aprecian la libertad que Dios les ofrece y se rebelan, de modo que acaban siendo esclavos de una mala conciencia. Es fácil contaminar la propia conciencia. El deseo de todo cristiano tiene que ser el que se manifiesta en Hechos 23:1: “Varones, hermanos, yo me he portado delante de Dios con conciencia perfectamente limpia hasta este día”.
conciencia - Diccionario Español
(Del lat. conscientia, y este calco del gr. sune·dysi*s)
1. f. Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta.
2. f. Conocimiento interior del bien y del mal.
3. f. Conocimiento reflexivo de las cosas.
4. f. Actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto.
5. f. Psicol. Acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.
~ errónea.
1. f. Rel. La que con ignorancia juzga lo verdadero por falso, o lo falso por verdadero, teniendo lo bueno por malo o lo malo por bueno. a ~.
1. loc. adv. Con empeño y rigor, sin regatear esfuerzo. acusar la ~ a alguien.
1. fr. Remorderle alguna mala acción. ajustarse alguien con su ~.
1. fr. Seguir en el modo de obrar lo que le dicta su propia conciencia. Se dice más comúnmente cuando es sobre aquello en que hay duda de si se puede ejecutar o no lícitamente. ancho de ~.
1. loc. adj. Dicho de una persona: Que a sabiendas obra o aconseja contra el rigor de la ley o la moral.
argüir la ~ a alguien.
1. fr. acusar la conciencia. cobrar ~ de algo.
1. fr. Darse cuenta, percatarse de ello. en ~.
1. loc. adv. Según conciencia, de conformidad con ella. escarabajear, o escarbar, la ~.
1. frs. Remorder la conciencia a alguien. estrecho de ~.
1. loc. adj. Dicho de una persona: Que es muy ajustada al rigor de la ley o la moral.
formar ~.
1. fr. ant. escrupulizar.
manchar la ~.
1. fr. manchar el alma.
tomar ~.
1. fr. cobrar conciencia.
FRASES HECHAS
cargo de conciencia
caso de conciencia
examen de conciencia
fuero de la conciencia
gusano de la conciencia
libertad de conciencia
matrimonio de conciencia
objeción de conciencia
objetor de conciencia
tribunal de la conciencia
voz de la conciencia